sábado, 25 de abril de 2015

Coladeros

La imagen de Rodrigo Rato registrado y, diría que, avergonzado, aunque vete tú a saber, me ha inspirado un pensamiento, poco científico pero no por ello falso, de que los partidos políticos son un coladero. Y no sólo por Rodrigo Rato, apodado 'el mejor ministro de Economía de la democracia'... A tomar viento los que vengan detrás. 
Digo, que no sólo Rato, los nuevos partidos políticos se las están viendo y se las están deseando para encontrar candidatos que cumplan unos mínimos. Un día sí y otro también leo que si Ciudadanos ha tenido que nombrar una gestora en Getafe porque se le han colado seguidores de Falange. Luego me cuentan que hay candidatos situados en primera fila de estos nuevos partidos, después de haber pasado por otros, sin ningún pudor, ni ideología ni coherencia. Digo Ciudadanos, pero Podemos, tres cuartos de los mismo. Y esto no es serio.
A esto le sumas el que se las lleva a la sombra del partido, el que coloca a la chiquilla que ‘no me ha valido para sacar unas oposiciones’ y, sobre todo, ese baile de nombres para incluir en las listas electorales, nombres que sólo son relleno, porque en muchos casos se trata de personas  que hay que seguir manteniendo en las instituciones ya que si no ¿a qué se van a dedicar? Hay algunos que no han trabajado en la vida y otros que ya no tienen edad para volver al oficio o que la empresa por la que una vez fue contratado ya no existe. Y ponerse a emprender da un poco de pereza. Yo lo entiendo.
En fin, un coladero. Eso son los partidos políticos.
Y a lo mejor la culpa no es de estas formaciones, es decir de las siglas, sino de quienes están al frente sin la fortaleza ni la resistencia para pasarse por el forro gratitudes que luego salen caras al partido y a los ciudadanos, las últimas víctimas.
Así que en eso se han convertido, en apacibles coladeros, que no caladeros, porque no hay nada que pescar. Son más bien refugios, donde se sienten protegidos e intocables muchos advenedizos. E incluso, a veces, son residencias de ancianos de lujo para pasar los últimos días antes de la jubilación, siempre forzosa.
Reconozco que hay comunidades autónomas como la de Madrid con suerte. Me fascina que una jueza ya de retiro como Manuela Carmena, que no tiene nada que demostrar, lidere la lista de Podemos. Pero también el cabeza del PSOE, Ángel Gabilondo, otro que no es sospechoso de que necesite la política para vivir bien.
No obstante, están cayendo los mastodontes de los grandes partidos, que deberían aprovechar la oportunidad de presentarse aligerados de pesos pesados que llevan toda la vida haciendo y deshaciendo. Deberían dejar que entre aire fresco, aunque pondría como requisito único que nadie alcanzara un cargo político sin haber pasado antes por la empresa privada, no digo universidad, digo que hayan trabajado, que hayan tenido un jefe, horas laborales interminables, un sueldo ajustado, no digo beca, y luego ya hablamos de hacer de la política un oficio. A ver si así, el coladero se convierte en caladero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario