miércoles, 12 de diciembre de 2012

Solidaridad

Llevo unos días pensando en el triste destino al que está abocada mi generación.
Se oyen tantas cosas feas, desilusionantes de tanta gente conocida, contemporánea que no puedes emitir un sonido o un pensamiento optimista.
Ahora más que nunca me preocupa el futuro, mi futuro y el de las personas que me rodean y me cuentan sus frustraciones.

Sin embargo, pese a la preocupación y el desasosiego, me quiero quedar hoy con las magníficas novedades que ha introducido esta estúpida etapa de crisis. Aunque se hable también de crisis de valores, estamos asistiendo a escenas en las que cientos de ciudadanos se solidarizan con un vecino, con una familia, para paralizar un desahucio.

Si esto es digno de Nobel, no lo es menos el sorprendente y magnífico protagonismo que están adquiriendo nuestros progenitores, que lejos de vivir con la tranquilidad que dan los muchos años trabajados y las muchas penurias para tener un medio desahogo que les sirva de aval para la etapa casi final de sus vidas, están arrimando el hombro como si tuvieran que volver a fichar en la empresa.

Hay cientos, miles diría, de familias en este país que viven apaciguadas, respaldadas por la pensión de los abuelos. Y esos mismos abuelos son los que vemos reivindicando en muchas de las manifestaciones que se celebran por todo el país. Más implicación y solidaridad es imposible. Enhorabuena.

Confiemos en que todo lo que estamos viviendo sea flor de un día, de unos pocos años, que pasarán mañana y que esta generación mía salga adelante y no tenga que dejar de apoyarse en sus padres para seguir haciéndolo a costa de los hijos.

Pero hoy, hoy me quedo con la demostración de solidaridad.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Obama gana


Hace tiempo que no frecuento este blog. Ya sabéis lo que ocurre cuando dejas pasar el tiempo más de la cuenta, le abres la puerta a la pereza. Sin embargo, hoy se ha producido el motivo que esperaba para recuperar esta página, el triunfo, minúsculo, pero triunfo, de Obama. Me gusta Obama... quizá por que está lejos.

Esta mañana, temprano, oía su discurso, las palabras que ha dirigido a sus conciudadanos tras confirmarse su éxito. ¡Y todo lo que ha dicho dista tanto de lo que puede decir un político de mi país! Aquí ni nuestros gobernantes ni la oposición son capaces de emitir sonidos de ilusión ni, sobre todo y por encima de todo, de unión. Aquí cuando se habla de banderas es para adueñarse de ellas, si se habla de ciudadanos es para diferenciarlos.

Pero Obama no, Obama ha hablado de construir un futuro juntos, de trabajar para que los hijos de Norteamérica tuvieran los mejores colegios con los mejores profesores, de culminar la recuperación económica y ha hablado de esperanza. Y de esto último, jamás hablan nuestros políticos y, si alguna vez lo hacen, es en una conversación tan llena de retórica como vacía de convicción.

Como ciudadana de este país, sangrado hoy más que nunca, perdonaré que mis gobernantes hayan querido salvar sus vergüenzas a costa mía y de todos mis paisanos, pero jamás les perdonaré que hayan escupido sobre mis sueños, que hayan amputado mis proyectos y planes ni que hayan violado mi esperanza. Aunque aún no me han ganado.

Obama me gusta, y me gusta casi exclusivamente, porque representa lo que difícilmente podríamos conseguir en este país, que seas de donde seas, vengas de donde vengas podrás llegar a ser lo que quieras.

martes, 24 de julio de 2012

Somos corruptos

Si ya sé, vuelvo sobre lo mismo, pero no hay nada más que me inspire:

Con esto de la crisis, esta España nuestra no iba a desaprovechar el momento de hacer el chiste. El otro día leía un cartel que decía: “¿Estudias o trabajas? No, soy española”. Primero me hizo gracia, después me hizo reflexionar sobre algo que quizá suene fuerte, pero no más que la cifra del paro, el índice de la prima de riesgo (que nadie sabe para qué sirve), el recorte de salarios, de servicios asistenciales… Así que digo que sí, que somos todos unos corruptos.

Nos sorprendemos de que los políticos, tantos políticos, estén salpicados por tan numerosos casos de prevaricación, fraude... El poder corrompe, nos decimos para justificar o entender este desmadre que nos aboca irremediablemente al abismo, sin esperanza y sin la capacidad de soñar con una sociedad más justa y honesta.

Pero no, no es que el poder corrompa, es que todos los ciudadanos somos corruptos, algunos en potencia, otros de palabra y obra. Y para muestra dos botones. El otro día oigo una conversación en la que el constructor de una piscina le dice a modo de saludo, así, sin anestesia, a un cliente que, si le consigue algún ‘contrato’ (entre comillas porque ni contrato ni nada, trabaja en negro), se lleva 200 euros de comisión. No. Eso no está bien, es corrupción.

Y ahora el segundo botón. Me deja el coche tirada en la autovía, llamo a mi seguro y me envía una grúa cuyo conductor se presta raudo y veloz a llevarme el vehículo al taller de un amigo suyo, quien sin examinar con precisión lo que le ocurría ya me estaba pidiendo 600, 800 y mil euros… y subiendo, porque al final me quería meter un motor de segunda mano por 1.500 euros. Así, sin conocernos de nada. Me fui a otro taller y la broma me costó 600 euros. Vamos, no hay que estar espabilado. Hasta tus congéneres te pierden el respeto.

Y esos congéneres son también quienes se mantienen impertérritos ante la entrada de un político en un juzgado. No ven el delito. ¿Cómo lo van a ver? Y lo achacan todo a calumnias de la oposición.

Este país de charanga y pandereta y de lazarillos sólo puede parir corruptos. Sigamos así, que no vamos a ninguna parte.

miércoles, 20 de junio de 2012

Vamos de culo



Una amiga, cuyo marido se acaba de quedar en paro después de casi 20 años de profesión, periodística por cierto, me resume el actual estado de su familia con un “vamos de culo”, y se me ocurre contestarle en estos términos: “Pues mucho ánimo para vuestras posaderas. En los tiempos que corren el culo es nuestro único asidero o sustento. Saber ponerlo, saber quitarlo a tiempo, saber apretarlo y saber colocarlo, a presión si es necesario, en su sitio”.
En los actuales tiempos, el culo es la única parte de nuestro cuerpo que ha adquirido un protagonismo exclusivo. Da igual si eres hombre o mujer. No es cuestión ni de atracción física ni de sexo. Quienes dirigen, mandan, coordinan, que son los imprescindibles, a quienes ni afectan eres ni recortes y a veces ganan por mayoría a la plantilla obrera, prefieren los culos al cerebro. Si no pensamos, no les damos por culo, porque su culo debe estar protegido, reservado para quienes les sustentan y les aúpan, porque son su brazo ejecutor. Ya en este escalafón, el jefe inmediato al obrero deja de ser culo para ser brazo, con una mano que firma despidos sin pestañear, sin mala conciencia, porque para ellos el trabajador siempre sobra.
Nunca he entendido que una empresa no mime, avale y defienda sus recursos humanos. Quizá por eso no soy empresaria.
Pero a lo que iba, estoy convencida de que lo que aún  funciona de nuestro mundo es gracias a los miles, millones de culos expuestos y dispuestos. Y es por ello, que otra amiga habla de que estamos ante una sociedad de baja intensidad. Claro, es que está muy abajo nuestro sustento y valía.

jueves, 31 de mayo de 2012

La verdad y nada más que la verdad

La mejor herramienta para solucionar un problema es contar con la verdad, con toda su crudeza y su dolencia. Si partimos de la verdad de que este país es corrupto porque una insultante cantidad de responsables políticos, altos funcionarios, empresarios y financieros meten la mano donde no deben, estará más claro hacia dónde ir, aunque no sea fácil. A esto hay que sumar que ni el mundo jurídico ni el de la comunicación asumen su compromiso de esclarecer la verdad y nada más que la verdad. Terreno abonado. Este debería ser el nuevo sector económico que nos saque de la crisis, ofrecer al mundo este país como paraíso corrupto. ‘Roba y ven a gastarlo a España’, podría ser el slogan.

¿Formará parte de la genética nacional? No creo que exista. Pero son tantos los que habitan por estos lugares, son tantos a los que pillan, son tantos los que salen indemnes… que ya no sé si somos más quienes estamos vírgenes, quienes llevamos una vida moralmente respetable, viviendo de nuestros ingresos.

Para aquellos envueltos en corrupción, prevaricación, abuso de poder, sólo darles un mensaje que un día di a un recién estrenado padre: Vive como quieras, pero nunca hagas nada de lo que puedan avergonzarse tus hijos. Ahí lo lleváis.

miércoles, 16 de mayo de 2012

De qué se ríen?

Empezaría diciendo que me hace gracia, pero lo cierto es que no me hace ninguna. No me produce ninguna sonrisilla, ni grande ni pequeña, las risas que veo dibujadas en la cara de los imputados que salen o entran del juzgado después de ser denunciados por aprovecharse de su cargo público para enriquecerse ellos y sus amigos a costa del ciudadano.
 ¿Por qué se ríen? Supongo que será para amortiguar el golpe, como cuando te tropiezas ante la mirada burlona de alguien y te recompones de un salto diciendo, nada, no es nada. Quizá la risa es una forma de contestar que están siendo injustamente denunciados.
Quizá la risa es porque la han liado y gorda y los han pillado.
En cualquier caso, la risa está de sobra. Si sabes, porque el imputado lo sabe, que se te ha ido la mano lo único que debes sentir es vergüenza. Si no has hecho nada, y todo son calumnias de la oposición, lo que debes sentir es ira. Nunca risa.
Porque el ciudadano, que es una víctima siempre en estos casos, no se ríe a carcajadas cuando ve al imputado. A lo más que llega es a hacer un chiste. En fin este es mi país.

jueves, 10 de mayo de 2012

Felicidades a un genio

Ayer leí que era el cumpleaños de Rafael Moneo y hoy que ha sido elegido Premio Príncipe de Asturias, y he recordado cuando, casi siendo una becaria, le entrevisté. Por entonces él estaba dándole vueltas al diseño del edificio anexo al Ayuntamiento de Murcia, ahora conocido como edificio Moneo, y recuerdo que me dio un titular por el que fui felicitada. Me dijo que le estaba costando mucho mantener un diálogo con la Catedral. Por eso, cuando años después el rancio abolengo de esta ciudad criticó hasta la saciedad su trabajo yo, personalmente, rompí varias lanzas a su favor, porque sabía, porque él me lo había dicho, que había puesto mucho empeño en crear un edificio digno, que brindara todo el protagonismo al templo. Esto es humildad, es tener clase y elegancia, la misma que él, siendo entonces ya un arquitecto de renombre internacional, demostró al no entrar al trapo de las críticas y al dejar con discreción que su trabajo se asentara en el tiempo, en la plaza Cardenal de Belluga y en la vida de la ciudad de Murcia. La humildad del genio es algo que me ha fascinado hasta el infinito y más allá, incluso más que la obra del propio genio y cada día es mayor esa fascinación porque el mundo está lleno de mediocres que buscan la notoriedad y la extravagancia para hacer creer que son genios. Hoy felicito yo a Rafael Moneo.

martes, 17 de abril de 2012

Me estafan en las tiendas


Desde que eso que llaman crisis entró en mi casa y se comió las marcas del frigorífico, porque antes se había engullido parte de mi salario, y me dejó parches en vez de novedad y estreno, compro en los chinos. Claro que cuidado con los chinos, porque no todos son de Pekín.

No es sólo por la crisis, yo compro marcas blancas y en los todo a cien, que el 1 de enero de 2000, igual que el cortado, pasó a ser todo a un euro, porque lo que pueda adquirir en un establecimiento de renombre, con garantías o con pedigrí, ya lo tienen por mucho menos en el chino. Serán imitaciones, pero a mí qué, mientras hagan su papel me da igual que CH responda a Carmen Hernández o Chi Hong.

Así que reivindico los chinos para purgar mi ira cuando veo el vestido que llevé en la boda de fulanico a la mitad menos cien de lo que me costó en la tienda con dependienta empalagosa jurándome que me estaba divino de la muerte.

Siempre he dicho que me cuesta más trabajo mentir que decir la verdad, así que debo proceder de otro mundo, porque la genética de este país es engañar, pero no engañar por engañar, no, es engañar con sorna, engañar para llevármelas y si puede ser reírme hasta quedarme sin aire.

Confieso que me estafan en las tiendas de toda la vida y mira que me gusta ir de compras por el barrio, pero es tanto el dolor que me produce ver en el chino o en el mercadillo semanal la misma camiseta por diez cuando he pagado 35, que le daría una patada al escaparate. Nunca he llegado a tanto y es probable que nunca llegue, pero eso sí me cago en todas las ayudas de la administración para la dinamización del comercio. 

martes, 27 de marzo de 2012

Hoy toca hablar de huelga


No lo he pensado mucho, pero no voy a hacer huelga. Y sí, es cobardía. La huelga debí hacerla en aquel momento en que alguien temió presiones o perder su puesto de trabajo si ejercía su derecho a parar para protestar. ¡Y a esto lo llaman democracia! No digo que no lo sea, pero desde luego no por el respeto a derechos fundamentales: Derecho al trabajo, derecho a una vivienda, derecho a la información veraz, derecho a la huelga… Es todo de mentira. Porque la realidad demuestra que esos derechos se han convertido en condenas: condenado al paro, condenado a un deshaucio, condenado a la manipulación, condenado a aguantar callado.

Creo que fuerzas sobrenaturales, mejor dicho, inhumanas, que ni vemos ni oímos, nos intentan convencer de que tenemos el mejor sistema político, el más justo, el de mayor libertad, el que confiere mayor respeto al ciudadano… pero no. Todo es de mentira. Todo es en teoría, en la práctica vivimos tan amordazados, tan temerosos, como en cualquier régimen autoritario.

Para qué manifestarme? ¿Para demostrar que estoy en contra de los recortes? Pues claro que sí, ¿quién en mis mismas circunstancias estaría a favor? Quizá alguna mente naïf con pensamientos febriles sobre la solidaridad entre ciudadanos de un mismo país. Sin embargo, quienes están en mi situación e incluso peor que yo están mirando para otro lado. Qué pereza, manifestarse, ponerse en huelga. A mí que me den pan y me digan tonto, pensarán sin darse cuenta de que ya no es pan lo que comen, sino migajas.

Así que entre que no quiero significarme, porque o formas parte de la tropa o estás en contra, y prepárate para las sutiles amenazas, entre que hay trabajadores-compañeros que jamás te han apoyado cuando has reivindicado o has propuesto y entre que me dan un pellizco a la nómina con la que no llego ya recortada, me quedo sin valor y sin motivos para hacer huelga. Pero eso sí, la huelga es necesaria. Ojalá sea libre para decidir sobre la próxima. 

viernes, 23 de marzo de 2012

Demasiada información

He llegado hace escasos minutos a la conclusión de que tener demasiada información es malo para la salud. Esto contraría esa otra frase de que la información es poder. Vivir ignorante es alcanzar la ingenuidad propia de la felicidad. Si no sabes, no sufres. Y ahí está el refranero español confirmando lo que digo: Ojos que no ven, corazón que no siente. A mí me gustaría que no me llamaran para contarme nada, porque las noticias sólo me traen sobresaltos: ¿Te has enterado de que han contratado a fulano? y empiezo a pensar que mi sueldo se quedó estancado en el siglo pasado y que la razón que siempre me han dado es que la masa salarial no se puede ampliar con los tiempos que corren. ¿Sabes que la nueva es hija de mengana? y entonces me acuerdo de mi gente, de esa que está parada y roza la desesperación.¿A qué no sabes a quién han ascendido? y resulta que es el personaje más gandul con el que te has cruzado... y así sucesivamente. En fin, no quiero más información. Ya sólo pretendo que en vez de noticias me cuenten chistes... Más aún, porque todo lo que ocurre es de risa aunque a mí no me haga gracia. Y me quedo con otro refrán: La ausencia de noticias son buenas noticias.

jueves, 8 de marzo de 2012

Felicidades a todos


Es tradicional en mí que el 8 de marzo dedique unas palabras a las mujeres trabajadoras, que son todas, las que salen de casa cada mañana por un sueldo, muchas veces indigno, y las que se quedan en su hogar para poner lavadoras, llenar el frigorífico, hacer la comida, recoger a los niños, planchar y pasar la mopa, entre otras cosas. Éstas son tareas muy dignas, pero muy desagradecidas y nada remuneradas.

Suelo acordarme también de todas aquellas mujeres que viven acobardadas y maltratadas y a las que les deseo la energía y la valentía necesaria para romper sus cadenas.

Pero hoy no quiero homenajear a las mujeres, a las que tengo presentes todos los días del año por propia naturaleza. Hoy, Día de la Mujer Trabajadora, quiero rendir tributo a dos hombres que pese a las crisis y la gran competencia del mercado han sido y son capaces no ya de mantenerse, que es difícil sino conseguir que sus empresas estén en lo más alto del podium económico mundial.

Me refiero al dueño de Inditex, Amancio Ortega, que ha pasado a ser el quinto hombre más rico del mundo y al presidente de Mercadona, Juan Roig, que ha creado en plena crisis 6.500 puestos de trabajo. Son dos hombres que consiguen desde sus propias compañías hacer lo que no consiguen los gobiernos con todas sus competencias. No hay más que decir.

Suelo decir con mucha frecuencia que mi reino no es de este mundo, y me refiero precisamente a que 'mataría' por trabajar junto a estos hombres. Espero que un día se cumplan mis sueños.

Felicidades a todos!

miércoles, 29 de febrero de 2012

El cuerpo muerto, la mente activa

Definitivamente soy rarita. No lloré con la muerte de la madre de Bambi. No he visto ni una escena de ninguna de las ediciones de Gran Hermano. No creo que la boda sea el momento más feliz en la vida de nadie. No me alegré del triunfo electoral del PP y no paso de ninguna de las presuntas irregularidades que se denuncian día sí y día también en las administraciones públicas. Igualmente, me preocupan en grado sumo los recortes sociales, laborales, económicos, pero no porque no sea capaz del sacrificio que merece el momento, sino porque es un paso atrás en nuestro desarrollo como sociedad y sobre todo una bofetada para todos aquellos que han luchado por los derechos de los que disfrutamos.

Sin embargo, lo peor, lo que más siento, es creer que los recortes perdurarán en el tiempo limitando el futuro de las generaciones que vienen empujando. Puedo concluir que he vivido en una sociedad que me ha permitido trabajar a cambio de un salario digno (hace ya años que no) y tener servicios sanitarios y educativos de calidad, pero no sé con lo que se encontrarán nuestros hijos.

Una amiga me intenta reconfortar con el consejo de que deje el cuerpo muerto. Sí, el cuerpo muerto, pero la mente sigue su curso, sigue en activo.

lunes, 27 de febrero de 2012

De recorte en recorte

Empiezo la semana reajustada, con recortes. El primero es del periódico Público, una voz menos en el quiosco y un grano en el culo menos para el Gobierno. Siempre que muere un periódico muere un portavoz, un representante de la sociedad. Me gustaba Público, me gustaba sobre todo que publicara en sus páginas la noticia y al lado un artículo de opinión del autor de la información, con su análisis. Lo peor de Público es que se montó con palicos y cañicas, sin una cimentación fuerte, y así ha caído, al primer viento. Sus periodistas estaban mal pagados y, aunque el listón está muy bajo, no se puede ser tan de izquierdas y pagar como si los salarios los decidiera la CEOE. El otro recorte sufrido es el de mi nómina, y casi que no hablo del tema, porque como se me vaya la lengua... Pero no puedes ser víctima del recorte y tener abierta la ventana hacia la administración, donde siguen existiendo los privilegios, aunque no haya para folios. Yo me entiendo. Hasta aquí puedo leer y, sobre todo, escribir. Aunque simplemente lo aplazo, no lo rehúyo.

lunes, 20 de febrero de 2012

De desfile en desfile

Me he pasado el fin de semana de desfile en desfile. Primero fue el de carnaval. ¡Mamma mía para lo que me he quedado! Y el domingo desfilé en la manifestación contra la reforma laboral. En uno actué de madre, ya que me disfrazo desde que tengo descendencia en edad escolar, por acompañar, por implicarme en los eventos que les gusta. Éste es el legado que les voy a dejar, un legado lleno de experiencias compartidas y de recuerdos. Pasarán los años, se juntarán y se contarán, como si no lo hubieran vivido, los detalles de aquel año que salimos con mamá vestidos de tal cosa o de tal otra. No estoy para legar casas, menos aún con los recortes que me están cayendo, pero nadie ni nada me privará de dejarles la mejor y más feliz memoria de la que sea capaz.

Al segundo desfile acudí como ciudadana y trabajadora. Sin miedo y muy contenta y convencida de estar en el único lugar posible en ese momento. Fue mi forma de protestar contra la insoportable agresión que está sufriendo el trabajador, ese convidado de piedra que sólo sirve como votante y como bolsillo para ser exprimido por partidos políticos y administraciones. Estoy segura de que cuanto más nos recorten, seremos  más pobres y menos consumidores, de manera que la economía poco va a crecer si no compramos. También seremos más esclavos del patrón que, si ya te amenazaba con mandarte a tu casa, ahora ya casi que le premian por hacerlo. Y luego saldrán ante las cámaras compungidos por el elevado número de parados.

En fin, ya sólo nos queda desfilar que, por el momento, no hay que pagar.

martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín

Acaba de entrar un tipo con un ramo de rosas, rojas, como a mí me gustan, al despacho. He tardado en levantar la cabeza, igual que hacía cuando no quería que la profesora me preguntara en clase. Y, como en aquella época, me ha tocado a mí, de lleno. No me disgusta, a ver, volverme loca, tampoco. No me disgusta que me regalen por San Valentín porque soy agradecida, pero nada más que de pensar que tengo que cruzarme media ciudad ramo en mano hasta llegar a mi casa, se me corta la respiración, y hasta la orina. Ya he soportado las risas y comentarios de los compañeros, ahora me tengo que exponer a las miradas de la calle. Y eso nunca lo he soportado, me ha cohibido tanto, desde hace tanto tiempo, que ya veo difícil una reconversión.
Sin embargo, lo curioso de todo esto es la evidencia, casi exacta, de que nos pasamos la vida hablando de más, opinando y ofreciendo palabras gratuitas, acerca de muchas cosas, pero en concreto de celebraciones, de esos días del Padre, de la Madre... que detestamos de forma oral y, sin embargo, nos da un gustillo si alguien se acuerda de nosotros, que traiciona todos los pensamientos previos, aunque sea el Día de los Enamorados. Y para olvidar las vergüenzas y rubores de este día, me he ido a una tienda especializada a comprar una ginebra que la conocerán sus fabricantes, pero que me la voy a pimplar con el inductor de las rosas, en cuanto caiga la noche. Así que ¡Viva San Valentín!

viernes, 10 de febrero de 2012

El Tío del Saco




Cuando era pequeña me intentaban amedrantar con el ‘tío del saco’, un tipo al que nunca vi, pero da igual porque lo que me imaginaba de forma terrorífica era el saco. Pasado el tiempo y superado aquel miedo, han llegado otros terrores con forma del ‘tío del saco’. Ahora ese ‘tío’ es un señor que viaja en moto y su saco es un carrito de la compra, de color amarillo. ¡Y me da un miedo! Llama a tu timbre a esas horas de la mañana en las que estás inmersa en cualquier tarea, absorta, y pegas un brinco ante el imprevisto sonido porque no esperas a nadie. Contestas ¿quién es? y él se identifica como ‘cartero’ y ya sabes que si te ha llamado es porque va a atacar tu buzón. No ves el momento de bajar y abrir para comprobar las misivas que te ha dejado.

Si tus amigos se relacionan contigo a través del teléfono, o del facebook, si a tu familia la ves constantemente, si no tienes un amante secreto, o sí, pero os habláis a través del whatsapp… sabes de antemano que tu buzón no te va a regalar ninguna carta de amor, cariñosa, con buenas noticias. Tienes todas las posibilidades de que tus remitentes sean el banco, que nunca regala nada, la compañía eléctrica, que cada día te cobra más, o Hacienda con una orden de embargo. En el mejor de los casos, la carta puede ser de tu administrador de fincas que te convoca a una de esas soporíferas reuniones.

Y claro, odias al tío del saco, a su saco, por no llevar nunca nada que te alegre, ni te relaje. Nada que te dé un respiro. Y ya si abres el periódico, ves paro, violencia, muertos… ¿Dónde están las buenas noticias? A ver si no va a haber ninguna. Me voy a pasar a las revistas del corazón, que allí sólo se ve gente guapa, con casas guay y una vida maravillosa.

martes, 7 de febrero de 2012

Sí, el mundo al revés

La noticia del día es la gran sanción a Alberto Contador que, sin saber certeramente si se ha dopado o no, se sube a la bicicleta y puede estar pedaleando durante horas. Yo no puedo, o sí, pero media hora y sobre firme llano. No digo que no haya que castigar o sancionar a quien se salta la ley, pero si en este país se da vía libre a personajes como Camps, cuyas conversaciones telefónicas hemos escuchado todos y no se le ha visto el mínimo esfuerzo ni se le reconoce ninguna heroicidad, si en este país se vapulea a un juez, con más o menos ambición y notabilidad, pero con valentía para meterse en cunetas y rescatar muertos, si en este país se premia la ignorancia y el analfabetismo con programas de televisión, si en este país asciende cualquiera por apellido y no por curriculum, si en este país hay más JIPA (Jóvenes  Inexperimentados Pero Ambiciosos) que JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), si en este país hay tanto político (entre diputados, senadores, concejales, delegados, consejeros....) como parados, si en este país ocurre todo esto y mucho más, ¿qué esperamos?

lunes, 6 de febrero de 2012

Empezamos... otra vez

Vuelvo a las  andadas. Vuelvo al blog. Me han jurado que esta vez sí es gratis, así que ahora tocar ser constante. No voy a hacer una declaración de intenciones, porque no tengo ninguna. Me gustaría ser sincera y valiente, a lo primero me comprometo, a lo segundo... En fin, no son buenos tiempos para la lírica. No opinaré cuando no pueda ser valiente. Eso sí.

Hay muchas cosas que sé y debo callar no sólo por cobardía sino por no tener una visión redonda de las consecuencias de contarlo. Siempre me han dicho que hablo demasiado. A esto contesto siempre lo mismo: Valgo más por lo que callo. Quizá, si fuéramos todos más valientes para compartir, para denunciar, para pregonar lo que vemos, oímos y sentimos otra sociedad tendríamos. Todo se puede decir. Pero también es cierto, y mucho, que lo que tenemos a nuestro alrededor no son tanto cobardes incapaces de decir lo que piensan, sino alegres e inconscientes apáticos que no quieren saber. Yo vengo a contar para quien quiera saber. No serán secretos de estado, pero tampoco estoy aquí para contar chistes. Aquí empiezo.