miércoles, 29 de febrero de 2012

El cuerpo muerto, la mente activa

Definitivamente soy rarita. No lloré con la muerte de la madre de Bambi. No he visto ni una escena de ninguna de las ediciones de Gran Hermano. No creo que la boda sea el momento más feliz en la vida de nadie. No me alegré del triunfo electoral del PP y no paso de ninguna de las presuntas irregularidades que se denuncian día sí y día también en las administraciones públicas. Igualmente, me preocupan en grado sumo los recortes sociales, laborales, económicos, pero no porque no sea capaz del sacrificio que merece el momento, sino porque es un paso atrás en nuestro desarrollo como sociedad y sobre todo una bofetada para todos aquellos que han luchado por los derechos de los que disfrutamos.

Sin embargo, lo peor, lo que más siento, es creer que los recortes perdurarán en el tiempo limitando el futuro de las generaciones que vienen empujando. Puedo concluir que he vivido en una sociedad que me ha permitido trabajar a cambio de un salario digno (hace ya años que no) y tener servicios sanitarios y educativos de calidad, pero no sé con lo que se encontrarán nuestros hijos.

Una amiga me intenta reconfortar con el consejo de que deje el cuerpo muerto. Sí, el cuerpo muerto, pero la mente sigue su curso, sigue en activo.

lunes, 27 de febrero de 2012

De recorte en recorte

Empiezo la semana reajustada, con recortes. El primero es del periódico Público, una voz menos en el quiosco y un grano en el culo menos para el Gobierno. Siempre que muere un periódico muere un portavoz, un representante de la sociedad. Me gustaba Público, me gustaba sobre todo que publicara en sus páginas la noticia y al lado un artículo de opinión del autor de la información, con su análisis. Lo peor de Público es que se montó con palicos y cañicas, sin una cimentación fuerte, y así ha caído, al primer viento. Sus periodistas estaban mal pagados y, aunque el listón está muy bajo, no se puede ser tan de izquierdas y pagar como si los salarios los decidiera la CEOE. El otro recorte sufrido es el de mi nómina, y casi que no hablo del tema, porque como se me vaya la lengua... Pero no puedes ser víctima del recorte y tener abierta la ventana hacia la administración, donde siguen existiendo los privilegios, aunque no haya para folios. Yo me entiendo. Hasta aquí puedo leer y, sobre todo, escribir. Aunque simplemente lo aplazo, no lo rehúyo.

lunes, 20 de febrero de 2012

De desfile en desfile

Me he pasado el fin de semana de desfile en desfile. Primero fue el de carnaval. ¡Mamma mía para lo que me he quedado! Y el domingo desfilé en la manifestación contra la reforma laboral. En uno actué de madre, ya que me disfrazo desde que tengo descendencia en edad escolar, por acompañar, por implicarme en los eventos que les gusta. Éste es el legado que les voy a dejar, un legado lleno de experiencias compartidas y de recuerdos. Pasarán los años, se juntarán y se contarán, como si no lo hubieran vivido, los detalles de aquel año que salimos con mamá vestidos de tal cosa o de tal otra. No estoy para legar casas, menos aún con los recortes que me están cayendo, pero nadie ni nada me privará de dejarles la mejor y más feliz memoria de la que sea capaz.

Al segundo desfile acudí como ciudadana y trabajadora. Sin miedo y muy contenta y convencida de estar en el único lugar posible en ese momento. Fue mi forma de protestar contra la insoportable agresión que está sufriendo el trabajador, ese convidado de piedra que sólo sirve como votante y como bolsillo para ser exprimido por partidos políticos y administraciones. Estoy segura de que cuanto más nos recorten, seremos  más pobres y menos consumidores, de manera que la economía poco va a crecer si no compramos. También seremos más esclavos del patrón que, si ya te amenazaba con mandarte a tu casa, ahora ya casi que le premian por hacerlo. Y luego saldrán ante las cámaras compungidos por el elevado número de parados.

En fin, ya sólo nos queda desfilar que, por el momento, no hay que pagar.

martes, 14 de febrero de 2012

San Valentín

Acaba de entrar un tipo con un ramo de rosas, rojas, como a mí me gustan, al despacho. He tardado en levantar la cabeza, igual que hacía cuando no quería que la profesora me preguntara en clase. Y, como en aquella época, me ha tocado a mí, de lleno. No me disgusta, a ver, volverme loca, tampoco. No me disgusta que me regalen por San Valentín porque soy agradecida, pero nada más que de pensar que tengo que cruzarme media ciudad ramo en mano hasta llegar a mi casa, se me corta la respiración, y hasta la orina. Ya he soportado las risas y comentarios de los compañeros, ahora me tengo que exponer a las miradas de la calle. Y eso nunca lo he soportado, me ha cohibido tanto, desde hace tanto tiempo, que ya veo difícil una reconversión.
Sin embargo, lo curioso de todo esto es la evidencia, casi exacta, de que nos pasamos la vida hablando de más, opinando y ofreciendo palabras gratuitas, acerca de muchas cosas, pero en concreto de celebraciones, de esos días del Padre, de la Madre... que detestamos de forma oral y, sin embargo, nos da un gustillo si alguien se acuerda de nosotros, que traiciona todos los pensamientos previos, aunque sea el Día de los Enamorados. Y para olvidar las vergüenzas y rubores de este día, me he ido a una tienda especializada a comprar una ginebra que la conocerán sus fabricantes, pero que me la voy a pimplar con el inductor de las rosas, en cuanto caiga la noche. Así que ¡Viva San Valentín!

viernes, 10 de febrero de 2012

El Tío del Saco




Cuando era pequeña me intentaban amedrantar con el ‘tío del saco’, un tipo al que nunca vi, pero da igual porque lo que me imaginaba de forma terrorífica era el saco. Pasado el tiempo y superado aquel miedo, han llegado otros terrores con forma del ‘tío del saco’. Ahora ese ‘tío’ es un señor que viaja en moto y su saco es un carrito de la compra, de color amarillo. ¡Y me da un miedo! Llama a tu timbre a esas horas de la mañana en las que estás inmersa en cualquier tarea, absorta, y pegas un brinco ante el imprevisto sonido porque no esperas a nadie. Contestas ¿quién es? y él se identifica como ‘cartero’ y ya sabes que si te ha llamado es porque va a atacar tu buzón. No ves el momento de bajar y abrir para comprobar las misivas que te ha dejado.

Si tus amigos se relacionan contigo a través del teléfono, o del facebook, si a tu familia la ves constantemente, si no tienes un amante secreto, o sí, pero os habláis a través del whatsapp… sabes de antemano que tu buzón no te va a regalar ninguna carta de amor, cariñosa, con buenas noticias. Tienes todas las posibilidades de que tus remitentes sean el banco, que nunca regala nada, la compañía eléctrica, que cada día te cobra más, o Hacienda con una orden de embargo. En el mejor de los casos, la carta puede ser de tu administrador de fincas que te convoca a una de esas soporíferas reuniones.

Y claro, odias al tío del saco, a su saco, por no llevar nunca nada que te alegre, ni te relaje. Nada que te dé un respiro. Y ya si abres el periódico, ves paro, violencia, muertos… ¿Dónde están las buenas noticias? A ver si no va a haber ninguna. Me voy a pasar a las revistas del corazón, que allí sólo se ve gente guapa, con casas guay y una vida maravillosa.

martes, 7 de febrero de 2012

Sí, el mundo al revés

La noticia del día es la gran sanción a Alberto Contador que, sin saber certeramente si se ha dopado o no, se sube a la bicicleta y puede estar pedaleando durante horas. Yo no puedo, o sí, pero media hora y sobre firme llano. No digo que no haya que castigar o sancionar a quien se salta la ley, pero si en este país se da vía libre a personajes como Camps, cuyas conversaciones telefónicas hemos escuchado todos y no se le ha visto el mínimo esfuerzo ni se le reconoce ninguna heroicidad, si en este país se vapulea a un juez, con más o menos ambición y notabilidad, pero con valentía para meterse en cunetas y rescatar muertos, si en este país se premia la ignorancia y el analfabetismo con programas de televisión, si en este país asciende cualquiera por apellido y no por curriculum, si en este país hay más JIPA (Jóvenes  Inexperimentados Pero Ambiciosos) que JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados), si en este país hay tanto político (entre diputados, senadores, concejales, delegados, consejeros....) como parados, si en este país ocurre todo esto y mucho más, ¿qué esperamos?

lunes, 6 de febrero de 2012

Empezamos... otra vez

Vuelvo a las  andadas. Vuelvo al blog. Me han jurado que esta vez sí es gratis, así que ahora tocar ser constante. No voy a hacer una declaración de intenciones, porque no tengo ninguna. Me gustaría ser sincera y valiente, a lo primero me comprometo, a lo segundo... En fin, no son buenos tiempos para la lírica. No opinaré cuando no pueda ser valiente. Eso sí.

Hay muchas cosas que sé y debo callar no sólo por cobardía sino por no tener una visión redonda de las consecuencias de contarlo. Siempre me han dicho que hablo demasiado. A esto contesto siempre lo mismo: Valgo más por lo que callo. Quizá, si fuéramos todos más valientes para compartir, para denunciar, para pregonar lo que vemos, oímos y sentimos otra sociedad tendríamos. Todo se puede decir. Pero también es cierto, y mucho, que lo que tenemos a nuestro alrededor no son tanto cobardes incapaces de decir lo que piensan, sino alegres e inconscientes apáticos que no quieren saber. Yo vengo a contar para quien quiera saber. No serán secretos de estado, pero tampoco estoy aquí para contar chistes. Aquí empiezo.